El artista y la modelo
Película española del 2012 dirigida por Fernando Trueba coescrita junto a Jean-Claude Carrière y protagonizada por Jean Rochefort, Aida Folch, Claudia Cardinale.
Película rodada en francés con legendarios actores europeos como Rochefort y Cardinale , cuya fotografía en blanco y negro convierte su aspecto visual en el punto fuerte , muy por encima del guion y la historia misma.
La belleza en la tierra del horror
Trueba junto al mítico Carrière, ambientaron la historia en Francia ocupada de 1943 en un pueblo cercano a la frontera española, a pesar del contexto histórico el argumento gira en torno al concepto de la belleza.
El contexto bélico queda en un segundo plano a modo de escenario de fondo, lo importante es la relación artista-modelo, un escultor cuya dos guerras mundiales han provocado una profunda apatía.
Marc Cross interpretado por Rochefort, es un artista octogenario en el ocaso de su vida se encuentra desilusionado tras haber vivido una gran guerra y ahora otra devastadora donde Francia vive bajo el régimen de la ocupación alemana. Mercé (Aida Folch) es una joven catalana de apenas 20 años y que ha huido de la Guerra Civil española, ha logrado cruzar la frontera y ahora se encentra en el sur de Francia, después de haber escapado de un campo de refugiados.
La historia de un artista y su modelo ha sido un tema recurrente desde el periodo más clásico en el cine y Trueba decide hacer una obra sin pensar en el éxito económico, muy personal pero de gran calidad y altamente poética.
Lograr que en un universo amenazado y hostil se convierta en bello, pese a la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial y las tropas alemanas ocupando Francia quede solo de fondo y muy por encima de todo esto, el arte, una de las claves de la película es que se desarrolla en el viejo y ya destartalado taller donde el artista reside.
Para lograr una película de tal belleza estética Trueba se apoyo en la fotografía y la iluminación para dotar de gran fuerza el argumento, trabajando junto al excelente fotógrafo de Daniel Vilar. Además de apoyarse en todo tipo de influencias desde el realismo poético francés de los años 30, las películas de Jean Renoir, hasta el espíritu y estética de las películas de Truffaut como “El niño salvaje” y “Jules y Jim”.
También se lleno la película de grandes referencias y artistas desde Rembrandt, Pierre-Aguste Renoir y su pintura “Desnuda al sol” y sobretodo la posición de la modela que se refleja, es la escultura de “La mediterránea” de Aristide Maillol que realizo en 1905. No solo era la gran belleza de la fotografía de Vilar sino, se acompaña de movimientos de cámara muy suaves y de autentica calma.
Destaca el trabajo del veterano Jean Rochefort que resulta conmovedor y de hondos silencios efectivos, lleno de emotividad y ligeros matices, el papel de Aida Folch está escrito para ella y la actriz se preparo para poder rodar en francés. El director le dio un papel a Claudia Cardinale a la que se describe a lo largo de la narración del film, como la mujer que tenía el mejor cuerpo del mundo.
El film se convierte en un pequeño homenaje al hermano de Trueba fallecido en 1996 el escultor Máximo Trueba.
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Bigas Luna
Trilogía Negra
El director catalán crearía una trilogía formada por películas como “Bilbao”, “Caniche” y “Angustias”, que tienen una temática constante y una producción caracterizada por la oscuridad y la sordidez de su temática.
Las tres plantean un núcleo familiar característico “La presencia de un personaje principal que es la figura materna, siendo el padre secundario o ausente”.
Las tres, además son películas de fuerte impacto visual y de erotismo como objeto de espectáculo y exhibicionismo.
Bilbao
1978, Un año antes Iván Zulueta removió el cine español con su “Arrebato”, es cuando Bigas Luna crea una película aun mas insólita, excesiva y genial de la historia del cine español.”Bilbao” revive el espiral de las dos industrias culturales de la década de los 60, “La escuela de Barcelona” y “El nuevo cine Español”.
La transición política en España había de dar paso a un proceso de apertura y para eso una figura importante, el productor Pepón Coromina iniciaría una temática rupturista y transgresora en la cinematografía nacional, su fructífera labor le llevo de forma contemporánea en Barcelona con “Bilbao” y en Madrid con “Pepi, Lucí, Boom y otras chicas del montón” (1980).
Leo, un psicópata, concibe una progresiva fascinación por Bilbao, una bailarina de striptease que para llegar a fin de mes ejerce como prostituta. Leo sigue a Bilbao a todas horas, estudia sus movimientos y termina por raptarla, como si se tratase de un objeto más que añadir a su colección erótica. Una historia de amor y posesión.
Leo colecciona no solo imágenes de la protagonista, sino todo lo que tenga relación con ella, influenciada por la película de Wyler “El coleccionista” de 1965. Leo forma parte de una de las familias de la burguesía más rancia de Barcelona, establecida en un pueblo indeterminado de la provincia.
Contribuyo por supuesto las imágenes captadas por las turbias fotografías de Pedro Aznar llena de primeros planos aumentando todo el ambiente malsano.
Rodada con todo tipo de dificultades en 16 mm un formato para proyecciones en cines de sala y ensayo, al fin de acceder a una difusión más amplia y no ser visionada por un público restringido se modifico a 35 mm, lo que lo dotaría de un aire sucio.
El film narra un fragmento de la vida de este personaje un retrato cotidiano de un personaje solitario, distante, fetichista y voyeur, mezclando un tono intimista y confidencial, el cual además acusa una neurosis compulsiva con la meticulosa higiene bucal y el coleccionismo obsesivo de artículos relacionados a Bilbao.
La película muestra una Barcelona post-franquista donde habita un personaje perturbado.
Sórdida, en ocasiones desagradable de ver, pero sobretodo muy personal, inicia Lunas su “trilogía negra” con su trabajo más característico voyerismo, fetichismo, obsesión y un régimen de antinarratividad y rupturismo.
La película tuvo muchos problemas para distribuirla en los cines de España que aun estaban saliendo del franquismo, la crítica vio en ella una película “densa y compleja” pero que fue elogiada sobretodo en Cannes.
Caniche
Tras la sórdida “Bilbao”, llego la segunda entrega de la “trilogía bizarra” de Luna, enferma, cómica, undregraund sobre la decadencia de la clase alta.
Bernardo y su hermana Eloisa viven un destartalado chalet, resto de su antigua y pasada prosperidad. Están esperando a que muera su anciana y enferma tía Lina (interpretada por Sara Grey) para heredar su cuantiosa fortuna y mientras tanto llevan una existencia morbosa, entregados a sus obsesiones y manías. Los dos hermanos viven en la gran casa ruinosa con la única compañía de un caniche llamado Dani con el que llegan a la práctica sexual de la zoofilia.
El director quería exponer la decadencia de la vieja burguesía barcelonesa, que intenta adaptarse con los nuevos tiempos sin olvidar su anterior tradición, incapaces de adaptarse a los nuevos tiempos, se refugian en los animales y los perros.
Ambientes de neurosis y obsesiones
Junto a “Bilbao”, “Caniche” desarticula los pilares del núcleo familiar, ambos escenifican a las familias, como los espacios donde viven y las tensiones generadas por las relaciones de poderes entre sus miembros. Luna sabe crear ambientes asfixiantes, de vidas enfermas y solitarias con personajes excéntricos. El mundo en que malviven los hermanos en una torre ruinosa y sucia donde la piscina con agua estancada es el reflejo del desorden en la vida mental de los hermanos.
Si bien “Bilbao” recurre a una Barcelona subterránea que no se había visto en el cine español, desde las películas de Ignacio F. Iquinio de la década de los sesenta, en los espacios de “Caniche” se exhibe la burguesía venida a menos de una Barcelona gris, el primer tercio de la película Luna utiliza una paleta de tonos grisáceos y sombríos. Los tránsitos en coche, apuntan a su exclusión en el extrarradio de la ciudad.
Todo el clima enrarecido de Bilbao y Caniche se acerque a la concepción de atmosferas turbadoras y espacios claustrofóbicos de Polanski y su “trilogía del apartamento”.
“Bilbao” contiene mucho de los elementos del thriller, sin llegar a ser un thriller puro, “Caniche” juega también con el género con la puesta en escena de una casa aislada llena de perversidad y distorsión de la realidad alterada por un estado mental.
Luna se vio en la necesidad de dotar de proyecciones comerciales su cine, pero siguiendo la típica formula surrealista, provocadora, y de corte vanguardista. “Bilbao” tuvo un mayor recorrido internacional pero este film fue aun más limitado. Presentada en Cannes, donde la reacción del jurado fue de rechazo y de gran sector de la crítica, el director reconocía que los momentos de zoofilia, terminaron por eclipsar cualquier oportunidad para la película.
Angustia
Película de terror español de Bigas Luna que va dirigida al mercado de proyección internacional, inquietante e hipnótica, tercera entera de la trilogía negra y la más redonda, protagonizada por Zelda Rubinstein y Michael Lerner rodada enteramente en ingles.
John es oftalmólogo y tiene una curiosa afición: colecciona ojos. Su madre ejerce sobre él un fuerte dominio psicológico. Tienen un mundo limitado que se compone de la obsesión por los ojos, la luna, y el espiral. Son parte de una película que se ve en el cine Rex y se llama “The mommy”, donde dos jóvenes miran aterrorizadas la pantalla y el efecto hipnótico de la película ejerce sobre los espectadores una extraña influencia.
“Todos los ojos de la ciudad serán nuestros”
La película es del subgénero del “mad doctor” lleno de simbolismo y referencias entre ellos “Vértigo” de Hitchcock, por su forma plástica, las metáforas sobre el mirar y el cine influenciado por “La ventana indiscreta” y la figura de la relación madre e hijo a “Psicosis”.
Muchos de los planos remiten de forma explícita, el corte surrealista de Luis Buñuel de 1929 “Un perro andaluz”, la obsesión del personaje de Johnny por arrancar los glóbulos oculares son un claro homenaje de Luna al director Buñuel.
La madre aparece como una dama respetable, aunque muestra una pulsión destructiva hacia su hijo que somete a sesiones de hipnosis, cuya antecedente parece remontarse a 1920 y “El gabinete del doctor Caligari” de Robert Wiene.
John no es un vampiro, ni un profanador de sepulturas, es un enfermero de un centro hospitalario que se dedica al tratamiento de los ojos y se pada la vida bajo los focos y la lámpara del gabinete medico.
El color sepia asociada a la fotografía antigua dominan de forma abrumadora las escenas de la relación de John y su madre.
Nueva transgresión estética y narrativa
La ultima película que incluye la trilogía , muy posterior a los dos primeras contiene la iluminación dura y atmosfera que evoca lo siniestro, lograda con la austeridad de medios, la fotografía prácticamente casera con granos, iluminación oscura y el predominio de primeros planos y planos detalles, donde la circularidad y rituales de repetición encierra a los personajes en la obsesión.
Película dentro de una película
Bigas Luna, afirma que esta película tiene algo de innovador “el intentar que el espectador se sienta involucrado con lo que está ocurriendo en la pantalla”."
Y este tratamiento de la realidad y ficción, interviene en la creación del suspenso":
La película, responde a un intento de comercializarla en el circuito comercial del codiciado mercado estadounidense y hace que el espectador norteamericano se identificara con ella, para eso se realizo toda una ambientación desde las fachadas y rótulos de las tiendas, hasta los emblemáticos policías, la sección de extras hace que parezca una calle cualquiera de Los Ángeles, pese a ser rodada íntegramente en Mercabarna de Barcelona.