Arturo Ripstein y el melodrama mexicano/ el melodrama sin pudor


Mis melodramas son más desarrollados y más esenciales, que el  norteamericano”.


Arturo Ripstein director mexicano hace sus melodramas con una actitud desprejuiciada  y están más cercanos al melodrama centroeuropeo sobre todo el alemán, no son como los de Douglas Sirk , para el director los melodramas de Sirk sus personajes en su mayoría tienen sus problemas cotidianos básicos resueltos, son de clase alta “Yo no he puesto nada de eso, les doy la vuelta por los barrios de la ciudad y por eso pueden resultar verdaderos melodramas a flor de piel”.


La gran diferencia es además que parte del problema base del amor o sentimental, sufren lo que es una vida cotidiana descarriada, pobreza y necesidades haciendo que los sentimientos afloren a algo superior, de forma más brutal.

“El melodrama mexicano siempre ha sido más carnal, abierto, desgarrado, sin complejos y los norteamericanos es sutil  con una forma dramática aparentemente sofisticada”

“Para el director el melodrama se suele hablar con desprecio sin pensar que viene de lo más culto y clásico el melodrama esta en Shakespeare, en Dostoievski, en la ópera y toda la literatura del siglo XIX”.


En general los films de Ripstein son oscuros y difíciles por su propia sordidez, convierte la obscenidad en arte, y siempre una total devoción sin pudor al género, sus personajes además al borde de la cuerda, los humillados, los oprimidos, los derrotados, desesperados y sobretodo de temperamento ansioso y desesperados.  


El director recupera el conocido “amour fou”, pero en una quinta o callejón popular, ese amor que va más allá de la muerte, de la moral y las buenas costumbres.

Sus heroínas que habitan en sus historias  son mujeres que tratan de luchar contra un machismo que las aplasta y una obsesión que padecen.


 “El melodrama en México se ha ido desgastando mucho, por la dudosa calidad de los melodramas que aparecen en la televisión y que se hacen llamar telenovelas, por eso Ripstein les da un nuevo tratamiento de forma desgarradora o con aparente comedia”.


El lugar sin límites (1978)


Película de 1978, basada en la novela del autor chileno José Donoso, esta era una historia que quería hacer Luis Buñuel , sobre todo por el conocido por el personaje de la Manuela, resultaba interesante para el director ya que sería la primera película con temática homosexual realizada en México, más claramente sobre la homofobia.


Cine sin límites


La novela de José Donoso, es un ejemplo temprano de un discurso sobre la homosexualidad, dentro de la sociedad homofoga en Latinoamérica. Ambientada en un México sórdido, patético y doloroso , donde el microcosmos es un prostíbulo en un pequeño pueblo ficticio llamado “El olivo”, donde sobrevive la Manuela un travesti y su hija la Japonesita resultado de un desliz, el anciano cacique del lugar Don Alejo interpretado por Fernando Soler quiere comprar el prostíbulo para venderlo con el resto del pueblo. Su intensión es comprar lotes viejos de inmuebles para venderlos a un mejor precio, utilizando la presión sobre la gente incluso dejando sin energía eléctrica al prostíbulo de la Manuela y la Japonesita.

Pero todo se tornara tensión y alterara la aparente calma el regreso de Pancho (Gonzalo Vega) un joven camionero, ahijado del anciano cacique el típico macho.


Personajes estremecedores y trágicos


Los personajes de la Manuela, la Japonesita y el sobrino del cacique Pancho rompen los esquemas del melodrama más convencional del cine mexicano.

Roberto Cobo realza su papel más emblemático, todo un icono dentro del cine mexicano tanto por este como su papel del Jaibo de “Los olvidados” de Luis Buñuel resulta sin duda lo mejor de esta película.   


Como mucho de los films de de Arturo Ripstein , la historia recrea una atmosfera sórdida y sofocante donde habitan personajes complejos y transgresores en un lugar reducido en este caso en un pequeño pueblo , en un ambiente de suma pobreza y una gran corrupción. Este lugar sin límites es caótico, lúgubre y deteriorado y donde en un prostíbulo aflora el odio, el afecto y los secretos sexuales.

Uno de los puntos centrales de la película  es el miedo a la homosexualidad en el tradicional macho mexicano, con un fuerte sentimiento homofóbico, un tema que no se había visto hasta ese momento en el cine mexicano, tema bastante espinoso donde Roberto Cobo logra momentos de gran intensidad con una caracterización realmente notable.


Una fotografía muy bien conseguida, refleja todo lo miserable del ambiente, habitaciones, las cocinas, fachadas y las calles y unos personajes muy dados a los vestidos de colores fuertes y chillones.


Una obra de arte que no escatima violencia, para demostrar el infierno en que se puede vivir cuando se es diferente, como el personaje de la Manuela enfrentado a su sexualidad y su identidad, asumida desde el travestismo, bailando en pequeños burdeles de pueblo para sobrevivir, y como el caso de Pancho un macarra del pueblo con una homosexualidad latente pero escondida que terminara por aflorar con una violencia absoluta.

La película resulto ganadora del “Premio especial del jurado” del Festival de San Sebastián


 

“Las miserables vida de la gente que vive en un pueblo sin luz, lejos de la civilización  se hace todavía más miserable si son diferentes”