The Deep blue Sea

Drama romántico del 2011 escrito y dirigido por Terence Davis y protagonizado por Rachel Weisz, Tom Hiddleston, Simon Russell Beale.

La película es la adaptación de la obra de teatro de Terence Rattigan de 1952 que se presento con gran éxito en el teatro con la actriz Peggy Ashcroft .En 1955 aparece la primera versión de la obra dirigida por Anatole Litvak, con Vivien Leigh , el director Davis conocía la adaptación y le parecía muy mala aunque alababa la actuación de Leigh en el papel de Hester Collyer, tanto que Rachel Weisz parece homenajear a la actriz, en la nueva versión debido al parecido entre ambas.

El papel de Hester Collyer, se encuentra entre los grandes personajes del teatro del siglo XX y es un regalo para Weisz que lo aprovecha al máximo.

Davis crea un drama romántico, sobre el sentir de una mujer que ha sido abandonada y lo ha dado todo por el amor, olvidándose incluso de sí misma, el personaje de Hester debe elegir entre dos alternativas peligrosas, pero cae quizás en la peor, enamorándose hasta desencadenar un intento de suicidio.

La película fue rodada en Londres y es una historia desoladora, terrible e hiriente en un contexto de la Inglaterra destrozada por la Segunda Guerra Mundial, de los años 50 que muestra la crisis y la depresión social de tiempos de guerra, donde se sitúa una historia de “amour fou”.

Hester Collyer es la esposa de un juez del tribunal supremo Sir William Collyer, con quien lleva una vida privilegiada, pero carente de pasión y vida, pero todo cambia cuando para asombro de todos, decide dejar a su marido para irse a vivir a una pensión con Freddie Page, un joven y apuesto ex piloto del que ha caído profundamente enamorada olvidándose de ella, la relación erótica la deja emocionalmente conmocionada. Pero Freddie con los recuerdos de la Segunda Guerra Mundial busca emociones en el juego, la bebida y una vida disipada, y parece que ya no está presente en la vida de Hester que lo ha dejado todo por él.

Suntuosidad del reparto

La versión de Davis ofrece a Rachel Weisz la oportunidad de un papel absolutamente arrebatador y está muy bien acompañada por Tom Hiddleston , en el papel de Freddie pero es sobre todo Simon Russell Beale quien destaca en el papel de marido traicionado.

Weisz no lo tenía nada fácil con este personaje, sin embargo con la dirección de Davis demostró ser una de las actrices dramáticas más importantes del momento.

Belleza estética

Davis se aparta completamente del carácter teatral de la obra, utilizando flashes y sobretodo una fusión entre la pintura y el cine de lo más elegante, donde se nota la influencia del pintor Johannes Vermeer uno de los pintores favoritos del director.

La recreación del melodrama se da en un Londres posbélico de los años 50, en el que existe el racionamiento y gran cantidad de edificios derruidos tras el impacto de las bombas alemanas, y contando con el estupendo fotógrafo Florian Hoffmeister , para crear una ciudad estética, quien utiliza una iluminación con claroscuros con marrones pastosos, y rosas creando un ambiente casi onírico , del ensueño, un Londres brumoso y altamente creativo.

Otro componente destacado es la música de Samuel Barber quien marca cada acción del personaje de Hester como de sus estados de ánimo, convirtiendo la película en lo que realmente es el género del melodrama y sus raíces un “drama con música”.

Cine del pasado

Davis se inspira para realizar la película él en melodrama de los años 40, el drama más puro y genuino, donde las mujeres eran las protagonistas de los sentimientos más complejos y encontrados. Encontró en el director británico David Lean dos películas que lo inspiraron “Breve encuentro” de 1945 con Cecilia Johnson y la magnífica “Amigos apasionados” de 1949 con Ann Todd. El director confesaría que su influencia más directa a la hora de crear el personaje de Hester y sus sentimientos, fue el clásico “Carta de una desconocida” (1948) de Max Ophüls, vio en ella los mismos sentimientos del amor obsesivo y construido para olvidarse de uno mismo.

Pero el estilo usado por Davis es aparentemente frio y distante, lo hace afectado utilizando puntos de sordidez y crueldad, sin llegar a ser altamente melodramático dibuja un relato brutal, triste y donde no hay ningún tipo de control.

Se apoya en la fotografía, la música, la belleza estética y el ambiente y no renuncia a las representaciones básicas del melodrama, manteniendo todas sus influencias pero con exposición desnuda, clara, austeridad interpretativa y los silencios.

"Llena de grandes momentos de interpretación y música, la lente es un microscopio para ver los sentimientos".

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