MADAME X (1966)
Originalmente es una obra de teatro de 1908 del dramaturgo francés Alexandre Bisson , fue novelizada en ingles y adaptada para el escenario, mas tarde llego al cine , la obra es un ejemplo de la tradición literaria que retrata la figura materna caída en desgracia como castigada, por una desviación del papel materno.
La Historia de una mujer que ha sido arrojada a la calle sin dinero, por su marido celoso cuando descubre que ha tenido una aventura, ni le permite que vea a su hijo pequeño todo esto causa que se hunda en la depravación. Veinte años después, se ha convertido en la amante de un criminal, este cuando se entera toda la vedad y que su marido es ahora el fiscal general, decide chantajearla, desesperada por proteger a su hijo de su desgracia no duda en matar a su amante, ya en juicio por casualidad, el abogado defender de la asignada Madame X, porque se niega a dar su verdadero nombre resulta ser su propio hijo.
La obra de teatro ha conocido múltiples versiones para el cine , en 1916, 1920 ,1929 y la de 1937 , también destaca una producción griega de 1954, distintas versiones latinoamericanas y un telefilm de 1981.
El papel que Lana Turner interpretaría y nos ocupa esta versión, era todo un reto para una estrella de cine, ya que el papel había sido interpretado por actrices inminentemente teatrales y de fuerte personalidad como Dorothy Donnelly, Pauline Frederick, Ruth Chatterton y Gladys George, todas ellas actrices principalmente de teatro que realizaron cine para inmortalizarse en la pantalla y llegar a un público más amplio y mitificar su personalidad.
Melodrama suntuoso y modernizado
La nueva versión de 1966 iba a ser dirigida por David Lowell Rich en tecnicolor y en la producción el experto productor en melodramas Ross Hunter, del guion se encargaba Jean Holloway, el viejo melodrama recibiría un tratamiento en manos de Hunter, dando una producción grande y costosa.
Termina por considerarse como el canto del cine del gran melodrama hollywoodense y mayor representante de lo que se llamo “cine de mujeres”.
La película fue rodada en Francia y los E.U y su acción dramática tiene lugar en un recorrido de tiempo de 24 años, en Connecticut, Suiza, Suecia, México y Nueva York.
El espectáculo se llama Lana Turner
Turner era la protagonista absoluta de este melodrama de altura, ella era considerada una estrella cuya belleza, glamour, vestido y sobretodo escandalosa vida privada era lo más importante y era seguida por el público, a menudo los críticos no prestaban mucha atención en sus actuaciones, sino en su presencia. Pero era una excelente actriz, cuya vida privada restaba valor a sus trabajos frente a la cámara.
La transformación de la actriz
Con esta película la actriz no solo quería realizar un melodrama y lucir hermosos trajes de alta costura y joyería autentica, ella quería arriesgar más y dar una actuación dramática de categoría, y ser capaz de transformarse físicamente, lucir completamente distinta, aprovechando que era una historia que aborda décadas, el envejecimiento y además muestra el abismo del alcoholismo de forma muy real.
El personaje tenía que envejecer progresivamente nada menos que hasta 24 años, lo que suponía un reto para cualquier actriz y mas para Lana considerada por la crítica como la “reina del glamour” y “la señora del encanto”, pero ella decidió meterse en la piel del personaje, su interpretación resulto real y lo hace sentir al público , aunque en la primera parte de la película se puede disfrutar de todo el glamour de la estrella.
Hunter lo preparo todo para la actuación de Lana Turner, no solo los parámetros básicos del lujo, el vestuario y las joyas, sino sobre todo las escenas de degradación y la caída a los infiernos del personaje.
Una de las escenas más impresionantes son las que acontecen en México, con el personaje completamente denigrado viviendo en una pensión de mala muerte completamente alcoholizada, la actriz no se anda con rodeos , actuando con ironía , honestidad desgarradora y mostrando en lo que se ha convertido bajo la influencia del alcohol y la soledad.
Hunter actualiza toda la novela, ya que al ser representada muchas veces, tenía que tener los componentes nuevos que hagan de ella una historia completamente nueva y por tal razón se enfoco en la escena del juicio. Necesitaba que la escena del juicio fuera, la que el público más recordara por su dramatismo y la increíble actuación y transformación física de la actriz.
El discurso o monologo de Lana frente al estrado está basado en una importante aportación de dirección, no solo eran las expresiones gestuales de la actriz sino los eficaces recursos de la iluminación, el color, la música y los ángulos de cámara.
Pero aunque es ayudada por el maquillaje y la iluminación para las escenas más duras, logra una actuación de dureza y a la vez de mucha fragilidad, su actuación esta reforzada por todos los medios técnicos disponibles. Resultando la mejor actuación de la actriz y superando la versión de 1937. Destaca la presencia de la veterana actriz de los años 30, Constance Bennett en el magnífico papel de pérfida suegra, típico papel secundario de los melodramas con gran peso en la historia.
Pero la versión ya había nacido antigua en 1966, un con importantes cambios en el cine y la película resultaba folletinesca, el tema de una madre que se ve obligada a abandonar a su hijo a causa de las convenciones sociales por una infidelidad, ya no resultaba muy creíble en una época de cambios, por tal motivo la historia ocurría, dentro de un mundo muy cerrado y de la rancia aristocracia del condado de Fairfield Connecticut.
La película llegaba tarde a un Hollywood donde ya se realizaba un cine completamente nuevo y plagado de películas como “Easy Rider”.