No profanar el sueño de los muertos


Coproducción ítalo-española de terror de 1974, escrita y dirigida por Jorge Grau, la película era pionera en España con el subgénero de zombis, aunque ya existía precedentes como “Los caballeros Templarios” de Amando De Ossorio.

Aunque el fantaterror ya contaba con una tradición arraigada y de éxito en la serie B, esta película tiene como objetivo, poder rivalizar con las producciones de la Hammer.

Grau recibió el encargo por parte del productor italiano Edmondo Amati de hacer una versión en color de “La noche de los muertos vivientes” el éxito de 1968 dirigido por George A. Romero, los guionistas pensaban mas en hacer un remake explotation de la película de Romero, pero Grau tenía un punto de vista y con una reputación de crear imágenes impactantes, morbosas y terroríficas acabo por convertir la historia con personalidad propia.


Los muerto de una morgue inglesa próxima a Manchester, vuelven a la vida a causa de un experimento del gobierno que utiliza un ultrasonido para combatir la contaminación provocada por los insectos que los hace enloquecer, devorarse y atacarse entre ellos, pero también causa como efecto secundario que los difuntos abandonaran sus tumbas con hambre de venganza.

La película rodada y ambientada en la Inglaterra rural, (en el pequeño pueblo de Hathersage), recibió el título en ingles “The living dead at Manchester morgue”, protagonizada por Ray Lovelock y Cristina Galbó y para aportar prestigio y de cara al mercado extranjero el veterano actor Arthur Kennedy.


Temática moderna y ecológica


Aunque la idea de los productores italianos era hacer una simpe fotocopia de una de las obras capitales del cine de terror moderno de Romero, Grau no pensaba igual y trascienda la copia con distintos temas.

Quería personajes mejor definidos, además los zombis no aparecen putrefactos sino que han muerto hace poco y no les ha dado tiempo de descomponerse, en sus ojos se ve algo humano o marcar de una reciente autopsia teniendo un efecto bastante inquietante, los zombis no son reanimados mediante prácticas de brujería, ni magia negra sino por otros motivos como virus, productos químicos o la radiación. Su crítica social con un mensaje ecológico poco común en esos tiempos están en forma de maquinas que acaban con plagas de forma muy cruel.


Aquí una máquina de alta tecnología logra incluso profanar el sueño de los muertos, es una de sus novedades más destacadas la forma de alegato ecológico contaminante, donde una maquina experimental de ultrasonido que acaba con los insectos tendrá como efectos secundarios inesperados y catastróficos. Pero no todo es alegato ecologista sino trata otros aspectos como la rebeldía de la juventud y el conflicto generacional, acercándose más a la ciencia ficción realista con miedos sociales por la degradación del medio ambiente.

 

Estética de la película


No solo fue rodada en exteriores en Inglaterra, con interiores en España, sino las escenas de catacumbas en Roma le dan un toque muy europeo.

Uno de los aspectos más cuidado por Grau fue la gama cromática en las imágenes muy bien cuidados, era inusual para la época que la sangre sea apagada como “carmín, pero con tonos oscuros”. Además quería una película ocre, fúnebre y alejada de toda explosión escarlata del rojo europeo de la Hammer y el Giallo italiano.

La fotografía llevada a cabo por Francisco Sempere utilizaron gamas como tonos marrones, verdes y grises en las afueras de Manchester captando la melancolía de aquellas tierras, muy distinto al color brillante que se utilizaba en la época.

A la atmosfera desesperada y fatalista es ayudada por la extraordinaria banda sonora de música electrónica experimental de Giuliano Sorgini, utilizando también el funk-rock psicodélico con el que consigue aumentar la tensión en muchos momentos.

   



LA RESIDENCIA

 

 

Película de terror dirigida en 1969 por Narciso Ibáñez Serrador que supuso el debut en el cine tras, sus exitosos programas en la televisión “Historias para no dormir” y “Mañana puede ser verdad”.

Basada en una historia de Juan Tébar y un guion firmado por Luis Peñafiel, el pseudónimo como escritor del propio cineasta.

Esta ópera prima supuso una de las obras más destacadas del fantaterror español y el broche de oro en la etapa creativa con la que Ibánez Serrador había revolucionado la televisión en los años 60. “La Residencia” era un relato corto y en principio estaba pensado para formar parte de la serie televisiva del espectador, pero la productora “Anabel Film” vio su potencial y ofreció a Serrador que realizara el salto al cine aprovechando toda su popularidad, realizada con un presupuesto holgado.

 

Producción internacional

 

 

Parte importante de la producción fue el contar con un gran presupuesto, algo nada habitual para el género de terror español de los años 60, se buscaba de una forma exitosa que se destierre la idea de la serie B propia de la época, del cine de barrio y sus programas dobles, el director pudo contar además con su equipo técnico de confianza y reescribe la historia.

 

Por otra parte el casting de la producción fue de lo más cuidado, centrándose en rostros internacionales para poder venderse mejor fuera de España, resultando su mejor acierto el protagonismo de la actriz alemana Lilli Palmer en el perturbador papel de Madame Fourneos junto al actor ingles John Moulder-Brown y Mary Maude. Junto al reparto internacional la española Cristina Galbó y un grupo de jóvenes, que incluye también modelos publicitarias de la televisión española de la época.

 

Escabrosa historia

 

Serrador conocía perfectamente, el cambio del panorama del horror en Europa, con la revolución de la Hammer británica, el gótico y giallo italiano, y presento una historia a base de sugerencias sexuales, morbosas, violencia, suspenso, gótico y sorpresa final, ambientado en un internado de señoritas, un lugar claustrofóbico, morboso y tenso donde nada es lo que parece.

 

Serrador utilizo la trama de Hitchcock y una de sus obras cumbre “Psicosis” haciéndolo evidente en la relación materno-filial enfermiza que está en el trasfondo de la trama, jugando al despiste, un deseo de confundir al espectador y prepararlo hacia el impacto y sorpresa final.

El director siempre quiso que el sexo fuera, algo sugerido y en ningún caso explicito construyendo un terror psicológico, centrado en la representación de la frustración sexual de un grupo de personas donde se esconde el lesbianismo, voyeurismo e incesto, creando siempre un ambiente terrorífico en una mansión convertida en internado con sus sótanos, llenos de lasciva, perversidad y presencia propia.

 

Censura y temas soterrados

 

La película constituye desde su estreno una especie de evento aislado, sin relación al género producido en España, un punto importante fue el protagonismo de la alemana Lilli Palmer. Además para evitar la acción de la censura, el director opto por eludir la exposición directa, jugando mas a sugerir y que el espectador interprete o deduzca sus fuertes insinuaciones lésbicas, sadomasoquistas, necrofilia y voyeurismo pero tratados con mucha sutileza.

Dentro de esta historias de personajes perversos y al límite existía una maniobra muy inteligente del autor , una lectura de fondo en torno a la represión sexual, produce monstruos en la sociedad, somete a ella una clara referencia a la decadencia del régimen franquista y católica, fundamentalmente que había sufrido España. Hace que la morbosidad distraiga la atención de la censura, dejando libre por abajo el discurso moral.

 

Además toda la presencia internacional, ayudaba a eludir la censura y todo esta trabajado para hacer pensar que la historia ocurría fuera de España y alejada de todo aspecto de cierta familiaridad

 


JORGE GRAU


Director español que desarrollo la mayor parte de su filmografía entre la década de 1960 y 1970, pasando por diversos géneros, uno de ellos el que le trajo mas fortuna el cine fantástico.

Realizo dos obras del fantaterror español que resulto dos de las mejores e innovadoras del género “Ceremonia sangrienta” y “No profanar el sueño de los muertos”.


CEREMONIA SANGRIENTA (1973)


Película del género fantástico interpretado por Lucia Bosé en un papel poderoso y Espartaco Santoni, considerada una emblemática película del fantaterror español.

El tema actualiza el mito de la condesa Báthory, una aristócrata húngara obsesionada por su belleza y el paso del tiempo que ordeno asesinar a 600 jóvenes para bañarse en su sangre y mantener intacta su belleza. Era un proyecto de coproducción entre España e Italia, que surge por el éxito de taquilla de “La condesa Drácula” de 1971 de la Hammer, pero Grau quería crear otra película que tratara el mito, siempre con distintiva visión, no le interesaba realizar una obra de terror aunque así fue vendida, sino el drama de una mujer desesperada por la pérdida de la juventud y otros temas como el ansia sexual, la soledad y el confinamiento que deviene en locura.


El rodaje tuvo lugar en el castillo “Castilnovo” en Segovia, no era nada fácil pero Grau consigue una lograda ambientación centroeuropea, con todo un pueblo que vive aterrorizada por las leyendas que circulan por su camino, un pueblo lleno de miedos, supersticiones, creencias y ritos en torno a los vampiros y a la muerte, gracias a un gran poder visual y estética.

La fuerza de la película no solo está en su argumento, sino en cómo crea Grau el color, la luz extrañamente luminosa pero a la vez lúgubre y tenebroso, con gran gusto y elegante puesta en escena , influenciada por las obras de género como las de Italia y Gran Bretaña.


Una poderosa Lucia Bosé en la figura central como la bella Erszabeth Bathory, conocida por las creencias de solo bañándose en sangre de jóvenes vírgenes , se obsesiona por mantenerse joven y posible método de rejuvenecimiento,  por otro lado en el pueblo en el que se desarrolla la historia , está muy presente el miedo y la creencia de la existencia de vampiros, debido a que aparecen como victimas una serie de jovencitas , cuya sangre es misteriosamente desgranada , este personaje es un descendiente directo de la legendaria condesa húngara Bathory, célebre por el mismo método para conservarse joven , aunque se cree también que esta leyenda negra era inventada por sus enemigos políticos de la época.


Aparece un subtrama que trata una verdadera historia del vampiro Vurdalak Plojovitch, al inicio de la película como prologo , donde el cuerpo es exhumado del cementerio y se le hace un juicio de cuerpo presente con tribunal, se le halla culpable y condenado a la decapitación y ser quemado.


Melodrama gotico


Grau demostraría con esta película , que podía realizar una historia de calidad de fantaterror, no solo quería una película fantástica y de terror de consumo como equivalente de la Hammer , quería construir una historia real sobre Erzsebet Bathory, como un drama sobre la obsesión de una mujer madura por frenar las secuelas del paso del tiempo sobre su cuerpo en clave dramática y a la vez terrorífica, porque la puesta en escena está compuesta de antorchas de noche, criptas profanadas , sacrificios , demencia y oscuros secretos, dando además cierta carga psicológica a sus personajes, sobre el narcisismo y la frivolidad y una atmosfera melancólica.