Gun Crazy (El demonio de las armas)

“La película tiene una crueldad fascinante, llena de material espeluznante, en su obsesión por las armas, el sexo, el robo, asesinato y corrupción” Pauline Kael.

Película dirigida por Joseph H. Lewis, protagonizada por Peggy Cummins y John Dall. El material parte de un relato breve de Mackinlay Kantor que apareció en la revista “Saturday Evening Post”, en 1940, el guion fue escrito por el propio autor Kantor, y un tal Millard Kaufman que era realmente era Dalton Trumbo quien utilizo este pseudónimo debido a su inclusión en la lista negra de Hollywood.

Cuento de amantes en fuga y juntos hasta la muerte

La película cuenta con la historia de una pareja de amantes obsesionados por las armas que se ven arrastrados al mundo del crimen, convirtiéndose en los delincuentes más buscados de los E.U, la película en forma de “Road Movie” con lugares abiertos tiene un añadido que la hace diferente a todas, la incorporación de una historia de “amour fou” que pasa por el cine negro y un trágico final , además de ser una pareja que comparten un amor obsesivo por las armas. Ambientada en la época de la gran depresión de los 30, no era la típica historia de amantes perseguidos sino que están marcados por conflictos, carencias afectuosas, y sobre todo la fijación malsana por las armas de fuego desde la infancia. 

Los actores de la película

La dirección de actores eran fundamental para la película de eso se encargo Joseph H. Lewis que pertenecía a un grupo de directores semi desconocidos, pero que crearon un cine de gran frescura y puso todo su talento para la serie b y convertirlas en joyas.

El actor John Dall tuvo que sacar a relucir de forma muy convincente, una especie de feminidad que requería su personaje, para que pudiera contrastar con la masculinidad de Laurie, el personaje de Bart , es delicado , lleno de dudas , inestabilidad y remordimientos , mientras el personaje interpretado por Peggy Cummins como Annie Laurie Starr es decidida y no retrocede ante nada, realizando una especie de cambio de roles que tampoco era una cosa extraña en el cine negro de la época protagonizada por fuertes “femele fatale”, ella trabaja en un circo como una experta tiradora de revolver.

Aunque inician un tórrido romance marcado por la dependencia de ambos hacia las armas, el personaje femenino de Cummins es el más logrado ya que hace perder el control de la situación a su compañero de por si un hombre marginal y sin futuro.

El nivel de dirección de la película es apabullante y visualmente muy atractiva, está por encima de los films criminales de serie b , aunque su presupuesto es bastante modesto, gran parte se debe a la cámara de Russell Harlan , con una puesta en escena que acentúa la psicología de los personajes y la atmosfera gracias a contrapicados, planos subjetivos, planos secuencia y escenas de acción de robos y asaltos.

Una de las escenas más recordada es la del interior del vehículo, la cámara rueda desde el asiento de atrás, metiendo al espectador de lleno a la acción.

La película es completamente osada sin gran pirotecnia y resulta atípica por su historia añadida de “amor loco y hasta que la muerte nos separe”.

En su momento la película, paso sin pena ni gloria y relacionada como simple complemento de programas dobles y publicitada como una película de aventuras de “amantes forajidos”, mas tarde toda su riqueza y fuerza visual fue descubierta en Francia, pasando a formar parte de lo que se le llama cult-movie.

Influencia de la película

La película tampoco era pionera en el género, ya que en 1937 se realizo una película sobre la huida de una pareja fugitiva “Solo se vive una vez” rodada por Fritz Lang y en 1949 Nicholas Ray realizaba su opera prima con un tema similar “Los amantes de la noche”.

Pero a diferencia de estas dos películas, “Gun crazy”, era una historia más letal con la obsesión por las armas desde la infancia y la combinación de violencia y sexo, 17 años después Arthur Penn utilizaría muchas de sus ideas de forma similar para “Bonnie y Clyde”.

En Francia los jóvenes directores de entonces la consideraron uno de los emblemas de arquetipo de la llamada “Nouvelle Vague”. Fue una obra de gran influencia para Godard y su película “Al final de la escapada”.

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